Ir al contenido principal

PARTENÓN

He decidido "archivar" mis hilos de twitter en el blog. Por si las moscas.

El primero es este, no el más antiguo.

Estamos en tiempo de Pericles. Atenas entera había sido incendiada por los persas en el 480 A. de C. y con ella lo poco que se había construido de un primer Partenón.
Pericles estaba en el proceso reconstructivo de la ciudad y encargó el nuevo templo a Ictino y Calícrates en la parte arquitectónica y a Fidias en la escultórica.
Como se le había encargado una estatua colosal de culto a Fidias de Atenea "Parthenos" es decir, como guerrera no les valía la longitud de los cimientos del Partenon original, así que tenía que ser más largo.

Para mantener la proporción de los templos Ictino decide hacer un templo octástilo, de ocho columnas en el frente frente a las seis que tradicionalmente se utilizaban en los templos dóricos. Y conseguir una mayor longitud con una proporción 8/17 frente a 6/13 tradicional.






Y es que los templos octástilos eran mucho más habituales en la Grecia jónica (de la actual península anatolia) y del orden jónico. Y es que Atenas, pese a estar en suelo de la península tenía tradición oriental. En la imagen una reconstrucción del Artemision de Éfeso.



Además, en Jonia había una importancia grande de las diosas, por eso se usa más el orden jónico, más femenino, con columnas más esbeltas y mucho más decorado que los templos del Peloponeso. Como el Partenón es un templo consagrado a Atenea tenía que tener un carácter más oriental.
Por eso las columnas del Partenón son más esbeltas que las del resto de los templos dóricos. Pero no solo son más esbeltas sino que cada una de ellas es única y tallada como un individuo.


Y es que Ictino, o al menos así nos lo cuenta Vitruvio, de que nuestra vista nos engaña y hace que veamos como imperfecto lo perfecto y viceversa. Para remediar eso hace diversas correcciones para que veamos como simétrico y perfecto el conjunto.
Comba el suelo, las columnas de las esquinas son más anchas y están inclinadas hacia adentro. Sin embargo, todas esas correcciones pasan desapercibidas en una vista general del templo.


Volviendo al carácter jónico del templo, en lo que es el Partenón propiamente dicho, el lugar del culto sacerdotal había columnas jónicas.

 De las que no queda ni rastro, porque en esa misma sala los turcos habían instalado un polvorín y una bomba veneciana se cargó más de medio Partenón en 1687.
En cuanto al aspecto escultórico del templo todo tuvo que ver con Fidias, sin embargo lo único que se puede decir que sea de puro estilo fidíaco serían los frontones y la estatua de Atenea.


Fidias fue el jefe de obra, por así decir y tanto Atenea como los frontones estarían hechos por él o por su taller. Sin embargo en las metopas y los frisos hay una gran diversidad de estilos.
Las metopas son los cuadrados esculpidos con escenas que decoran el exterior de los templos dóricos. Y en ellas varían los estilos y los ejecutantes. Desde algunas que se asemejan al del periodo severo.




Y otros que son tan magníficas que hay quien dice que pudiera ser del propio Mirón. Y al menos el estilo es muy similar. Aquí lo comparo con el Atenea y Marsias (copia) del propio escultor.


 


Las metopas tienen que ver (no solo en su estilo) con el viejo templo. Recordando que había sido incendiado por los persas los temas de ellas son de la lucha entre la civilización y la barbarie.

La lucha de los dioses contra los gigantes, luchas entre griegos y amazonas, el saqueo de la primera guerra (mítica para los griegos) de Troya y los lapitas contra centauros. De este tema son las únicas que quedan en buen estado.



Y sigamos en este templo dórico con corazón jónico. Al igual que en los templos orientales en el interior había un friso corrido. En este friso se representa la procesión de la Panatenea. El estilo es más parecido al de Fidias, figuras mucho más movidas y con rasgos más modernos.


En donde el relieve es mucho más plano y que introduce al visitante que llega por el mismo camino que los personajes del friso. Y que llega un momento en que no se sabe distinguir si la procesión es terrenal o divina.


El friso hace que el ateniense se identifique con el templo y con la ciudad. Eso entronca con los temas de los frontones. Que son el nacimiento de Atenea de la cabeza de Zeus y la lucha por Atenas entre Atenea y Poseidón.


Lo más parecido al aspecto real de los frontones nos llegan con dibujos del siglo XVII, pero tampoco nos son de gran ayuda.


Y son lo más cercano que tenemos a la mano de Fidias.



Posiblemente alguna de las figuras fuera esculpida por el maestro, todas seguras por su taller más cercano y son una verdadera maravilla.









En el frontón oriental Atenea nace ya crecidita y armada de la cabeza de Zeus representa a Atenas junto a Zeus(poder divino) y Hefestos (progreso). Y en su extremo tiene una de las figuras que más me gustan del mundo. La cabeza del caballo de Selene (la luna).





De la lucha por Atenas entre Atenea y Poseidón queda poco. Pero os cuento la historia. Poseidón (el mar) golpea con su tridente la roca seca de la acrópolis y hace surgir agua. Pero Atenea golpea con su lanza y crece un olivo. Hace vida.


En cuanto a la Atenea Partenos solo podemos saber cómo fue por reproducciones romanas. Era una estatua colosal crisoelefantina (oro y marfil) con un cierto ramalazo arcaico (como eran las estatuas de culto griegas). Totalmente armada como una guerrera que vestía un peplos y tenía una victoria alada en su mano. Al modo de la otra gran estatua de culto de Fidias, su Zeus olímpico (una de las siete maravillas del mundo antiguo).




A todo esto, no he estado nunca en Atenas. Se admiten donaciones para resolver este borrón incalificable de mi trayectoria personal. Que no haber estado en un lugar no os impida enamoraros de él. Como esta maravilla dórica con corazón jónico.




Comentarios

Entradas populares de este blog

ARQUITECTURA Y DEPORTE EN TIEMPOS CLÁSICOS

¿Dónde se hacía deporte en la antigüedad? ¿Había lugares específicos y edificios para acoger las competiciones? Pues, sí. Desde muy antiguo se edificaron edificios para acoger las competiciones "deportivas" que entonces tenían un gran componente religioso. Como ejemplo típico está Olimpia. En la primera ilustración se ve la recreación de la zona sagrada de Olimpia donde tenían lugar los Juegos Olímpicos antiguos. En la parte superior derecha se ven juntos el estadio y el hipódromo. En la segunda se ve el estado actual del estadio donde se hacían las carreras a pie. Allí se corría la distancia del estadio (192,27 metros, solo la ida), la del diaulo (384 metros, ida y vuelta), también se corría el hoplitódromo, que era una carrera de dos estadios con el armamento de un hoplita, de ahí su nombre. El estadio, en esta forma, se mantuvo como recinto para las carreras atléticas durante muchos siglos, como los JJ.OO. En Roma encontramos dos ejemplos de estadio. En la

EL DEPORTE Y SU IMPORTANCIA PARA LA ESCULTURA CLÁSICA

El deporte, y más en concreto sus campeones, fue muy importante en el desarrollo de la escultura en la antigua Grecia. Uno de los temas que desde antiguo fue principal en la escultura griega era el de inmortalizar a los grandes atletas de los Juegos Olímpicos (otro día me pondré con los que confunden juegos olímpicos con olimpiadas). Estos atletas volvían a sus lugares de origen como héroes y no era extraño que se encargaran a los grandes de la época esculturas para homenajearlos. Teniendo en cuenta lo dinámico de la actividad de los atletas, se convirtieron en el objeto perfecto para las investigaciones estilísticas de los escultores griegos. No sé si saben ustedes que apenas quedan esculturas griegas originales del periodo clásico, y que todas (o casi todas) las que damos por esculturas griegas prototípicas son solo copias romanas en mármol de originales griegos desaparecidos. Os pondré unos cuantos ejemplos de esculturas de atletas, ninguno triunfante. El primero es el más fam

RIVALIDADES PARALELAS (Lewis vs Powell, Bernini vs Borromini)

En una de las entradas anteriores les contaba la historia de Bob Beamon y su estratosférico salto en los Juego Olímpicos de México en 1968. Pues bien, unos 15 años después, en 1983, emergió como estrella mundial un muchacho que parecía que podría batir ese récord. Su nombre era Carl Lewis. Fue apodado el "hijo del viento" y ese mismo año ganó los títulos mundiales de 100 m., salto de longitud y relevos 4 x 100 m. en los primeros campeonatos del Mundo en Helsinki. Al año siguiente consiguió repetir en Los Ángeles la gran gesta de Jesse Owens en Berlín, ganar cuatro oros olímpicos en unos JJ.OO. Se convirtió en una estrella que sobrepasaba el ámbito del atletismo y del deporte. Era el atleta perfecto, de personalidad arrolladora y abanderado contra el dopaje (de eso se podría hablar mucho y no bien) además de gran dominador de las grandes competiciones en todas las distancias de la velocidad. Durante una buena parte de años fue completamente imbatible en el salto de