Hay un personaje de la literatura y el cine que ha servido de ejemplo a mucha gente, principalmente en Estados Unidos. Se trata de Atticus Finch, el abogado sureño de la novela de Harper Lee "Matar a un ruiseñor", encarnado inmejorablemente en la pantalla por Gregory Peck en el film de Robert Mulligan. Si alguien no conoce ni el libro o la cinta le exhorto a hacerlo lo antes posible. Es imprescindible. El personaje de Atticus es un compendio de todas las virtudes que ha de tener una persona. Recto pero comprensivo, amable, educado y sobre todas las cosas íntegro y justo. La historia está narrada por su hija Scout, y la visión infantil hace más ejemplarizante la figura de Atticus. Yo conocí la obra de Harper Lee de mayor. Y tuve la sensación de que Atticus Finch era una figura familiar para mí. Todos esos valores que personificaba los había tenido en casa. Y al ver la película no podía menos que recordar a mi abuelo. El señor Tortosa, como todo el mundo le...
Deporte y arte, arte y deporte.