La imagen casi tópica del artista extravagante viene de antiguo. En el Renacimiento era famoso Giovanni Antonio Bazzi, conocido como Il Sodoma. No escondía su homosexualidad e iba por la calle con extravagantes ropajes y más que por sus cuadros era conocido por su forma de ser. No solo ese punto extravagante está presente en la personalidad de ciertos artistas. La irascibilidad de Miguel Ángel, Caravaggio o Cellini son legendarias. El pintor lombardo incluso mató a un hombre en una disputa por una apuesta. Tuvo que huir de Roma y para intentar volver mandó un cuadro al Papa con su retrato como cabeza de Goliat demostrando su arrepentimiento. Miguel Ángel también hizo su autorretrato como la piel de San Bartolomé en la Capilla Sixtina. Sin mencionar el famoso caso de Van Gogh, con su oreja a cuestas. Todas estas razones apoyan el tópico del artista genial con algún problemilla con su salud mental. Este tópico lo usó Dalí mejor que nadie para su propio beneficio. Fue ...
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